El Impacto de la Tecnología en la Salud Mental de Niños, Niñas y Adolescentes
En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento alarmante en los problemas de salud mental en niños, niñas y adolescentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2024), el suicidio es la tercera causa de muerte entre esta población. Estas cifras reflejan una realidad preocupante a nivel mundial. En Estados Unidos, el Youth Risk Behavior Survey (2023) señala que el 9% de los estudiantes de bachillerato intentaron suicidarse y un 16% reporta haber sido víctimas de acoso cibernético. En Colombia, las cifras no son menos inquietantes: el Ministerio de Salud y Protección Social (2023) informa que el 29% de los adolescentes en Bogotá han experimentado ideación suicida.
Frente a esta crisis, surge una pregunta crucial: ¿qué ha provocado este aumento en los problemas de salud mental entre los jóvenes?
¿La Revolución Tecnológica?
Las investigaciones sugieren que este incremento en los problemas de salud mental comenzó alrededor del 2012, una fecha que coincide con la expansión de la tecnología en la vida diaria. Particularmente la disponibilidad de internet portátil y el aumento en el uso de celulares, trajo consigo cambios profundos en el comportamiento social y emocional de las personas, especialmente en los más jóvenes.
En Colombia, aproximadamente 7 de cada 10 niños tienen su propio celular o tableta. Esta cifra refleja cómo la tecnología se ha vuelto parte integral de la vida cotidiana de los niños y adolescentes. Sin embargo, este acceso masivo también plantea interrogantes importantes:
¿Cómo el desarrollo de nuestros hijos?
Al estar más inmóviles frente a las pantallas, los niños pierden oportunidades para interactuar con su entorno, un aspecto crucial para su desarrollo cognitivo y emocional, afectando procesos básicos del desarrollo como la percepción, el lenguaje y el pensamiento.
Más allá de los efectos directos en el desarrollo físico, el uso excesivo de la tecnología también se asocia con otros riesgos. Un estudio de la Universidad de Seúl indica que el uso elevado de celulares aumenta en un 66% el riesgo de desarrollar adicciones a otras sustancias psicoactivas. Además, las redes sociales favorecen la comparación constante
Es importante aclarar que el objetivo no es prohibir la tecnología, sino entender y regular su uso. Debemos enseñar a los jóvenes a gestionar su relación con las redes sociales, para consecuencias en su salud mental y su desarrollo
Como bien señala la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay: “las conexiones en línea no sustituyen la interacción humana”. El reto para padres, educadores y profesionales de la salud mental es encontrar un equilibrio entre la vida digital y la vida real, promoviendo interacciones humanas significativas y actividades que favorezcan el desarrollo integral de los niños y adolescentes.
Es vital que como sociedad tomemos conciencia de los efectos que la tecnología tiene en el desarrollo de los niños y adolescentes, y que trabajemos en conjunto para fomentar un uso equilibrado y saludable de estos recursos.